Encontró en Francos una puerta para el consenso por las reformas a la Ley de Pesca. Jugó en tándem con el gobernador de Chubut y quedaron en evidencia diferencias estratégicas con Kicillof. Primera muestra de escucha de la mayoría oficialista en el Concejo.
Por Ramiro Melucci
El conflicto que desató el capítulo de la pesca en la ley ómnibus dejó en la última semana al menos cuatro datos políticos relevantes. El primer gesto de apertura a la discusión del gobierno de Javier Milei. La actitud dialoguista del intendente Guillermo Montenegro en su novel relación con la administración libertaria. El involucramiento del gobernador Axel Kicillof en un andarivel distinto al del jefe comunal. La fortaleza política de Mar del Plata cuando se muestra unida.
Las palabras que encendieron la ilusión a un cambio en los artículos que reforman el Régimen Federal de Pesca partieron del ministro del interior, Guillermo Francos, tras la reunión del jueves al mediodía con Montenegro y el gobernador de Chubut, Ignacio Torres: dijo que se va a trabajar con los gobiernos provinciales y el Consejo Federal Pesquero para “analizar bien todos los aspectos de la ley y proponer las clarificaciones necesarias para tener un proceso de pesca mucho más claro”. Además, anticipó que se conformará una mesa de diálogo con todas las jurisdicciones y las cámaras para abordar los temas que competen al sector.
Esforzado en mostrar que no le torcieron el brazo ni dio marcha atrás, al otro día el Gobierno, a través del vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró que “no se ha cambiado nada”, sino que se han “aclarado algunos puntos”. De todos modos, todavía no están las “aclaraciones” sobre la mesa para hacer una lectura más concreta. ¿Será todo que esperan las cámaras y gremios que se aglutinaron en rechazo al proyecto? Imposible saberlo ahora. Quizás la incógnita empiece a develarse en los próximos días, cuando la iniciativa inicie su tránsito por las comisiones de la Cámara de Diputados.
“Es la primera vez que voy a la Casa Rosada por un problema de mi ciudad. Y no es porque sea la primera vez que tengo un problema en mi ciudad”, dijo Montenegro.
El intendente tuvo dos días de intensas gestiones en Buenos Aires. Pero antes de partir moderó la postura del municipio frente al conflicto. Su secretario de Desarrollo Local e Inversiones, Fernando Muro, había hablado de “un descuido absoluto” y de “un despropósito”. Pasó factura por la falta de consulta previa y agregó: “Estamos para dar la pelea”. Montenegro le bajó el tono: planteó que la reforma al Régimen Federal de Pesca desconoce la realidad económica y social del interior, pero admitió que “seguramente haya que hacer cambios, también en este sector, tendientes a mejorar”. Señal de acercamiento con el Gobierno nacional.
El miércoles, el intendente puso en tema a los referentes de los principales bloques de lo que era Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados: Miguel Ángel Pichetto, Emilio Monzó, María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo. También charló con Maximiliano Abad y mantuvo contactos con Héctor Stefani, diputado nacional del PRO por Tierra del Fuego. Invitado por el gobernador de Chubut, el jueves a la mañana acudió a un encuentro con actores de la pesca en la casa de esa provincia en Capital Federal. Unas horas después, junto a Torres, ingresó al despacho de Francos en la Casa Rosada. Pidió que se mantenga la obligatoriedad de que las descargas se hagan en puerto (el 50% se realizan en el de Mar del Plata) y que se mantenga la proporción de un 75% de trabajadores argentinos. El mandatario de Chubut hizo hincapié en las cuotas de pesca: coincidió con Francos en que no podrían participar en las licitaciones las empresas extranjeras que no tengan asiento en el país.
Kicillof, en el NH Gran Hotel Provincial, con representantes de cámaras y gremios de la pesca.
“Es la primera vez que voy a la Casa Rosada por un problema de mi ciudad. Y no es porque sea la primera vez que tengo un problema en mi ciudad”, diferenció Montenegro con el gobierno anterior. Ahora se abre el capítulo legislativo, que será clave para determinar la redacción de los artículos. Los bloques con los que dialogó son fundamentales para que la ley salga. Allí radica su poder de negociación. ¿Y por qué, en lugar de formar tándem con el mandatario de Chubut, no lo hizo con Kicillof, el gobernador de su provincia? Por diferencias de visión y estrategia partidaria.
“Compartimos el espíritu de la reforma”, acotó Montenegro tras la reunión con Francos. Torres, colega del PRO, muestra como él predisposición para dialogar con el gobierno de Milei. Kicillof está parado del lado de la resistencia: a su paso por Mar del Plata, donde mantuvo su propio encuentro con todos los sectores de la pesca, calificó de “nefastos” los cambios propuestos. No extrañó que no lo haya llamado a Montenegro. “Alguien que quiere a Mar del Plata no puede aprobar esa ley”, profundizó las diferencias Carlos Bianco, mano derecha del gobernador.
Mar del Plata ya había dado para entonces su mensaje de unidad. Fue en el ámbito de la comisión de Industria del Concejo Deliberante, presidida por Miguel Guglielmotti, de Unión por la Patria, y con la presencia de Muro. Las cámaras y los gremios tuvieron allí su caja de resonancia. Concejales y legisladores provinciales oficialistas y opositores completaron la escena. Solo faltó a la cita La Libertad Avanza, por lógicas razones.
Pulti, Guglielmotti y Muro dieron un mensaje de unidad en respaldo de la pesca.
Apalancados por la mayoría oficialista, en el Concejo avanzan a ritmo sostenido el presupuesto y los aumentos de tasas. En su carrera hacia la aprobación definitiva, el oficialismo tuvo un primer y destacable gesto de escucha. Estableció para la recaudación de la tasa vial la conformación de un fondo afectado para la mejora de las calles. Lo había pedido la opositora Virginia Sívori. El jefe del bloque oficialista, Agustín Neme, lo transmitió al Ejecutivo, que no puso reparos. La afectación viene a establecer en los papeles lo que se había dicho de palabra: que los fondos que se obtengan del cobro adicional del 1,86% en las estaciones de servicio se utilizarán para hacer y arreglar pavimentos.
Aunque, como dijo Ariel Ciano, no hay que olvidar el desvío que se hacía en el pasado del Fondo de Promoción Turística, el cambio ayuda a disipar la posibilidad de que se usen los recursos para gastos generales. Pero sobre todo procura especificar una contraprestación ante posibles reclamos judiciales.
La discusión tuvo otros condimentos. Juntos por el Cambio resistió una declaración propuesta por Acción Marplatense contra cualquier intento de privatización de Obras Sanitarias. El interbloque oficialista dijo que era llevar miedo a los trabajadores porque “no hay ninguna posibilidad de que eso ocurra”. Pero el propio presidente de OSSE, Carlos Katz, había dicho una semana antes, sin que nadie se lo preguntase, que la empresa “fue, es y será municipal”. ¿Dicho por un funcionario no es generar temor y por el Concejo sí? Raro.
El episodio exhibe, en rigor, la intención del oficialismo de no dejarse arrastrar por algunos bloques opositores a debatir todos los temas al calor de las discusiones nacionales. La particularidad es que en este asunto el primer paralelismo no lo arrimó un opositor, sino un miembro del gabinete.
La afectación de la tasa vial ayuda a disipar la posibilidad de que se usen los recursos para gastos generales. Pero sobre todo procura especificar una contraprestación ante posibles reclamos judiciales.
En plena deliberación presupuestaria, entre números de gastos y porcentajes de aumentos de tasas, se conoció la decisión del municipio de recurrir a un giro en descubierto del Banco Provincia para pagar sueldos. El préstamo, de $ 4.200 millones, ayudó a completar los 7.233 millones de la masa salarial de diciembre. Se vieron dos actitudes opuestas: la del municipio, que públicamente no dio ningún detalle, y la del kirchnerismo, que no sólo aportó los pormenores, sino que aprovechó para subrayar el auxilio de Kicillof.
Los concejales opositores se manifestaron sorprendidos, además, porque el secretario de Legal, Técnica y Hacienda, Mauro Martinelli, les había asegurado que las cuentas del 2023 terminaban “equilibradas” por los “esfuerzos del municipio”. Pero, en la pelea por las cajas navideñas con las organizaciones sociales y en la puja salarial con los municipales, el gobierno local también repitió que no había plata. Era verdad.